Los remontes de las estaciones funcionan todos los días del año, transportando a esquiadores, excursionistas y refugios de montaña hasta las pistas cubiertas de nieve.

A lo largo del año, un conductor formado y cualificado realiza comprobaciones de seguridad en cada remonte antes de que abra sus puertas a los clientes.

Una vez al año, normalmente al final de la temporada de invierno, los remontes se inspeccionan con mayor detalle; tanto la línea como cada torre se inspeccionan, y los pernos, puentes, componentes de seguridad y rodillos se comprueban uno a uno.

Cada 15 años se lleva a cabo una "inspección mayor": se desmontan las pinzas en su totalidad y, además de las operaciones habituales, se realizan pruebas no destructivas de las piezas.

Las operaciones de inspección, ajuste, mantenimiento y sustitución son realizadas por personal cualificado de acuerdo con las recomendaciones e instrucciones del fabricante.